“ Llegué al Reiki o más bien el Reiki llegó a mi vida el año 2018, en un momento crítico. Mi vida se estaba apagando por un cuadro de anorexia nerviosa que duró 5 años. No tenía mucha esperanza de salvarme y decidí probarlo con Luz María. Mágicamente hubo una conexión con todo esto y fue un trabajo constante entre ella y yo. Pasaron unos meses y comencé a florecer nuevamente. Me impactó y sanó tanto, que me inicié como terapeuta de Reiki y, hasta el día de hoy, tengo relación con esta terapia. Es parte de mi vida; cada vez que estoy con algún problema o situación compleja, esta herramienta me acompaña. La conexión que se genera, sobre todo con tu terapeuta, es hermosa. Cada día agradezco ser parte de esto. La vida vuelve a tener sentido gracias a la energía del universo”